Hierve las espinacas en una cacerola grande con agua salada durante 2 minutos. A continuación, ponlas en agua helada y sécalas en un centrifugador de ensalada. Ahora pica finamente las espinacas.
Mezcla 2 huevos, la ricotta y el orégano en un cuenco, sazona con sal marina y pimienta recién molida.
Coloca la masa de hojaldre en un molde desmontable de 5 cm de altura y 20 cm de diámetro y superponla. Deja una generosa superposición alrededor de los bordes. Estas solapas cubrirán después la torta. Reserva 1 lámina de hojaldre extra para la tapa. Unta un poco de aceite entre las capas.
Rellena el molde con la mitad de las espinacas y vierte encima la mezcla de requesón. Presiona 4 moldes sobre el relleno y desliza un huevo crudo en cada uno. Ten cuidado de no dañar las yemas. Coloca con cuidado el resto de las espinacas por encima, y luego utiliza la lámina de hojaldre restante para doblar el hojaldre en forma de tapa y sellar la torta.
Bate el último huevo y pincela el pastel. Hornea durante una hora o hasta que se dore.