Bate las yemas de huevo y el azúcar con una batidora hasta que estén espumosas. Incorpora poco a poco la crema de mascarpone con un batidor de varillas hasta que el azúcar se haya disuelto y la crema ya no esté granulada.
Vierte el espresso y el brandy en un cuenco poco profundo. Prepara una fuente de horno. Sumerge brevemente la mitad de los bizcochos de soletilla en el espresso y forra la base de la fuente con ellos.
Vierte la mitad de la mezcla de mascarpone y alísala. Extiende una segunda capa de bizcochos de soletilla por encima y cubre con la crema de mascarpone restante.
Mételo en el frigorífico durante al menos 4 horas. Espolvorea con cacao sin azúcar antes de servir. Divídelo en 8 trozos iguales. ¡Buen provecho!