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Corteza de parmesano – 5 ideas de recetas con restos de queso parmesano
Todos conocemos los restos de queso parmesano que se quedan en la nevera. Sin embargo, ¡la corteza del parmesano tiene tanto sabor! Aquí encontrarás ideas estupendas para aprovechar los restos de parmesano en la cocina.
5 formas de utilizar la corteza de parmesano
Todo aficionado al parmesano conoce el problema: has comprado un buen trozo de parmesano y lo rallas con pasión sobre la pasta y similares, pero al final siempre quedan restos de queso y corteza de parmesano en la nevera. La experiencia ha demostrado que, con el tiempo, este residuo se vuelve demasiado duro de rallar y ya no se puede cortar en trozos. Pero ¿hay que tirar la corteza de parmesano? No, ¡el rey de los quesos es demasiado bueno para eso!
Sabor intenso en la corteza del parmesano
La mayor parte del sabor del queso parmesano está en la corteza. Cuando el queso se almacena, con el tiempo se desarrolla la corteza, que es la capa protectora natural del queso. Las letras Parmigiano Reggiano y el sello del Consorcio Italiano del Parmesano están grabados en la corteza del auténtico parmesano. Lo que quizá no sepas es que la corteza es totalmente comestible. Es importante lavarla bien antes de usarla y raspar la parte más externa con un cuchillo.
5 recetas con restos de queso parmesano
- Sopas y guisos
La corteza se puede cocinar de maravilla en una sopa. Funciona de forma similar a un trozo de tocino. Si estás cocinando un minestrone, un estofado o una elegante sopa de patata, sólo tienes que añadir la corteza a la olla. Cuando la sopa esté lista, puedes retirar los restos. El maravilloso sabor a parmesano dará a tu sopa ese toque especial.
- Salsa de queso o tomate para pasta
Si preparas una salsa de queso o de tomate para espaguetis y similares, simplemente cuece la corteza de parmesano con la salsa y retírala cuando la salsa esté lista.
- Corteza de queso parmesano fundido
Para ello, coloca las cortezas de queso en una sartén caliente y déjalas chisporrotear hasta que estén cocidas. Añade unas gotas de aceite de oliva si es necesario. ¡Sírvelas calientes! Por ejemplo, con una ensalada de tomate y chapata fresca.
- Pasta al burro
Cuando el agua con sal empiece a hervir, añade la pasta y el queso. Cuando la pasta esté al dente, retira la corteza, escúrrela y mézclala con la mantequilla derretida. Sírvela con pimienta recién molida y disfruta del delicado sabor a parmesano.
- Risotto
Añade las sobras de parmesano a la olla del risotto. Mientras el risotto se cocina lentamente sin dejar de remover, se desarrollará un maravilloso sabor a parmesano.
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